Hay muchas cosas con las que nos encontramos a diario que contribuyen a desequilibrar nuestras hormonas. Cosas como los productos de limpieza del hogar, los productos cosméticos, los plásticos, las fragancias e incluso tu teléfono móvil entran en una categoría denominada disruptores endocrinos. Los alteradores endocrinos interfieren en el equilibrio de tus hormonas y causan cosas como falta de sueño, problemas con el metabolismo, problemas reproductivos e incluso pueden provocar cáncer.
Los disruptores endocrinos están presentes en casi todos los productos que utilizamos a diario y evitarlos por completo es casi imposible. Sin embargo, podemos contrarrestar sus efectos controlando nuestro estilo de vida y nuestra dieta. Comiendo alimentos que nos ayuden a equilibrar nuestras hormonas, podemos evitar algunos de los efectos negativos de los disruptores. He aquí un par de alimentos que pueden ayudar a mantener niveles sanos de hormonas en nuestro organismo:
- Verduras crucíferas: Si te estás rascando la cabeza preguntándote qué es una verdura crucífera, no eres el único. Básicamente, una verdura crucífera es cualquier hortaliza de la misma familia que el brécol. Esto incluye la col rizada, el rábano, la coliflor, las coles de Bruselas y la col. Cuando se cocinan, estas verduras liberan una sustancia química que mejora la función hepática, esencial para eliminar las toxinas malas del organismo.
- Grasas saludables: Seguro que no es la primera vez que te encuentras con las palabras «grasas saludables». Todos los alimentos que pertenecen a esta categoría contienen de forma natural grasas que son líquidas a temperatura ambiente y se encuentran en semillas, frutos secos, verduras y pescado. Concretamente, considera comer más aguacates, salmón, huevos, aceite de oliva virgen extra y queso. Las grasas saludables son los componentes básicos de las hormonas, y necesitas una cantidad suficiente en tu dieta para producir hormonas buenas.
- Alimentos ricos en fibra: La fibra aumenta tu metabolismo y ayuda a limpiar tu cuerpo de un exceso de hormonas o toxinas. Los dietistas recomiendan que la mitad de tu plato esté lleno de alimentos ricos en fibra, como tubérculos (zanahorias, boniatos y calabaza) o alubias.
- Prebióticos y probióticos: Tu intestino es uno de los mayores órganos hormonales del cuerpo, ya que produce más de 20 hormonas que contribuyen a tu apetito y metabolismo. Además, tu intestino alberga más de 300.000 millones de bacterias y es todo un bioma en sí mismo. Alimentar las bacterias buenas de tu intestino puede ayudar a regular las hormonas que produce. Céntrate en los alimentos fermentados, como la kombucha, el yogur griego e incluso los pepinillos.
- Evita los alimentos fritos y los azúcares procesados: Podría decirse que los azúcares refinados son una de las peores cosas que consumir para nuestras hormonas. El azúcar se asienta en nuestro estómago, alimenta a las bacterias malas y altera la cantidad de hormonas que produce nuestro intestino. El azúcar es difícil de evitar porque se encuentra en casi todo, desde los aliños para ensaladas hasta la salsa para pasta y el alcohol. Intentar hacer cosas como la salsa para pasta en casa es una buena forma de asegurarse de que no contiene azúcar añadido. Además, los alimentos fritos contienen aceite de canola y suelen estar empanados, que son dos cosas que alteran nuestras hormonas. Si tienes antojo de comida frita, prueba a freírla en una freidora de aire en casa, o a asar algo en el horno para que quede crujiente.
La conclusión es que nunca podremos librarnos totalmente de los disruptores endocrinos, pero podemos intentar minimizar sus efectos sobre nosotros. Si nos esforzamos por equilibrar nuestras hormonas con nuestra dieta, podemos contrarrestar muchos de los efectos negativos de las sustancias químicas nocivas en nuestras vidas. Comer sano es bueno para nosotros pase lo que pase, así que nunca está de más añadir un par más de verduras o más proteínas a nuestra dieta.